miércoles, 7 de noviembre de 2012

Pasa a menudo.

Cuando, poco a poco, uno se va viniendo abajo parece que los demás le ayudan a ello. Parece que los demás son felices haciendo daño, metiendo puyitas. En ese momento te sientes incomprendido y quieres aislarte del mundo. Así es como muchas veces me siento yo. Dan rabia muchas cosas pero tú, prefieres callar y aguantar por no quedar como mala. Y te preguntas, "¿cuánto dura esta racha?".

Cuando echas de menos a esa persona que antes era tan especial para ti, esa con la que hablabas días y días, horas y horas. Esa misma persona a la que le ayudabas y de la que te sentías orgullosa. La misma con la que ya no hablas, de la que no sabes apenas, la que se ha convertido en un simple desconocido. 

Y entonces se te vienen miles de recuerdos, y miles de deseos. Y entonces te haces mil y una preguntas, el por qué de todo, el por qué las cosas cambian, cómo estarán en un futuro, quién seguirá estando ahí. Pocos, muy pocos. Pero sabes en el fondo que serán los verdaderos. En parte te da miedo pensar en el futuro, en parte quieres que llegue ya. En cualquier caso solo nos queda esperar y dejarlo estar. 
Pero, yo tengo una pregunta: dentro de 20 años, ¿crees que añorarás tu vida adolescente?
Aprovecha cada momento.

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